lunes, 3 de junio de 2013

La vida es una constante toma de decisiones. Nuestras decisiones conforman nuestra vida, pues por medio de ellas elegimos el tipo de personas que queremos ser y cómo deseamos vivir. En consecuencia, saber decidir es muy importante en la adolescencia y la juventud, ya que durante esta etapa iniciamos muchos de los proyectos que marcarán nuestro futuro.

Tomar decisiones nos ayuda a tener un mayor control de nuestra vida. Si dejamos que alguien más elija por nosotros, corremos el riesgo de permitir que esa persona decida nuestro futuro.


La experiencia también influye mucho en la toma de decisiones. Al decidir, debemos apoyarnos primordialmente en experiencias pasadas, pues así nos será más fácil predecir los resultados.