La vida es una constante toma de
decisiones. Nuestras decisiones conforman nuestra vida, pues por medio de ellas
elegimos el tipo de personas que queremos ser y cómo deseamos vivir. En
consecuencia, saber decidir es muy importante en la adolescencia y la juventud,
ya que durante esta etapa iniciamos muchos de los proyectos que marcarán
nuestro futuro.
Tomar decisiones nos ayuda a tener
un mayor control de nuestra vida. Si dejamos que alguien más elija por nosotros,
corremos el riesgo de permitir que esa persona decida nuestro futuro.
La experiencia también influye
mucho en la toma de decisiones. Al decidir, debemos apoyarnos primordialmente
en experiencias pasadas, pues así nos será más fácil predecir los resultados.